Trabajadores de prensa, votemos al Frente de Izquierda y de los Trabajadores Unidad

Vamos con los candidatos de la Lista 1 A “Unidad de la Izquierda”: Nicolás del Caño y Romina del Plá en provincia y Myriam Bregman y Gabriel Solano en CABA.

El gremio de prensa atraviesa uno de sus peores momentos. Con miles de despidos y una pérdida del poder adquisitivo de alrededor del 40% en los últimos cinco años, la mitad de los trabajadores recibe salarios por debajo de la línea de pobreza que los obliga a recurrir al pluriempleo en condiciones de creciente precariedad. Las empresas de medios avanzan en la vulneración de los convenios imponiendo en los hechos la multitarea y los contratos basura. 

La degradación del oficio de prensa impacta de manera directa en la libertad de expresión y, a su turno, en la calidad de la producción informativa que afecta al derecho a la información de la población. El fenómeno no es nuevo y, por el contrario, arrastra ya varias décadas y se produjo bajo el amparo cada uno de los gobiernos de las principales fuerzas que, hoy, se disputan los votos de la población.

La situación es tan grave que, uno de los principales patrones de medios, Jorge Fontevecchia de Editorial Perfil, llegó al extremo de minimizar los reclamos gremiales de los trabajadores señalando que los periodistas debían trabajar “por vocación” y no a cambio de salarios dignos y condiciones de trabajo.

La mentada grieta que divide a los partidos del sistema tiene su expresión, claro, en los medios de prensa cuyas patronales ofician de voceras de uno y otro lado aunque, aliadas en las cámaras empresarias, actúan como un bloque granítico y homogéneo a la hora de imponer condiciones de hambre a sus trabajadores, violentando una y otra vez, además, la libertad de expresión y el derecho a la información.

Luego de la masacre laboral que atravesó el gremio durante el macrismo, con la llegada del gobierno actual de Alberto Fernández las cosas no mejoraron. Por el contrario, siguieron las cesantías y los cierres ilegales bajo el amparo del ministerio de Trabajo que no hizo valer los decretos de prohibición de despidos así como las paritarias a la baja. Los trabajadores de prensa, declarados esenciales desde el comienzo de la pandemia, sin embargo, no recibieron pagos extraordinarios por su tarea riesgosa, ni prioridad en la vacunación ni compensaciones por el uso de sus herramientas para el teletrabajo.

Los contagios y muertes también alcanzaron a los trabajadores de los medios, fotógrafos free lance sin cobertura de salud, camarógrafos y periodistas.

Las patronales más precarizadoras integran al propio gobierno en la secretaria de comunicación o gozaron de la complicidad del ministerio de Trabajo para seguir avanzando en la destrucción del salario e incluso, como es el caso de Editorial Perfil, en el incumplimiento de derechos tan elementales como el cobro del aguinaldo.

El gobierno, que no puso límites a la voracidad empresaria, por el contrario, premió a las grandes patronales de un lado y el otro de la grieta con ATP, Repro, distribución arbitraria de la pauta oficial y hasta les encomendó tareas de impresión de folletería educativa sin reclamar la apertura de sus libros contables ni condicionarlos a que cumplieran con las disposiciones legales que exigen el blanqueo del trabajo, la prohibición de los despidos y el cumplimiento de los convenios.

La libertad de expresión, siempre condicionada por las condiciones laborales, sufrió ataques sistemáticos desde ambos lados de la grieta. Desde la persecución directa de la AFI macrista sobre decenas de periodistas, hasta las operaciones y fake news orquestadas desde el mismo corazón del poder político y el Estado y difundidas por la propia Agencia nacional de noticias contra la tradición de lucha de sus trabajadores y periodistas.

La intentona del kirchnerismo de disputarle la agenda política a los medios hegemónicos apuntalando grupos de medios afines al amparo de la ley de medios, tuvo como patético desenlace el desfalco empresario más gigantesco de la historia de los medios de este país con centenares de despidos en el G23 y la impunidad de sus patrones afines que, con una ingeniería de testaferros, todavía adeudan las indemnizaciones a sus trabajadores. Al oficialista Grupo Octubre de Víctor Santamaría y Gisela Marziotta no le tembló el pulso para despedir de una de sus radios a una delegada de Página/12 en una clara política antisindical. En el grupo Indalo prima la precarización y el encuadramiento de los trabajadores de prensa por fuera de su convenio.

El DNU de este gobierno que declaró servicio esencial a las telecomunicaciones resultó, en los hechos, un gesto para la tribuna.

En este contexto, el instrumento capaz de revertir la situación de los trabajadores de prensa es la lucha de sus trabajadores contra las patronales y los gobiernos. Es en ese camino que se ha construido un sindicato propio hace ya más de cinco años. En este punto, tanto este gobierno como el anterior, también decidieron colocarse del lado de las patronales de medios al demorar y no reconocer ni de hecho ni de derecho la representatividad arrolladora del SiPreBA en los medios de la ciudad de Buenos Aires.

Los partidos del régimen, el Frente de Todos y Juntos por el Cambio, se disponen a aprobar en el Congreso un nuevo pacto con el FMI que buscará honrar el pago de una deuda usurera y fraudulenta a expensas de un mayor sufrimiento popular. Los unos y los otros avanzaron en una confiscación de las jubilaciones.

Las condiciones de vida de los trabajadores se agravaron como fruto de la pandemia pero, especialmente, como resultado de la política de un gobierno que privilegió el salvataje a los capitalistas a la vida y los ingresos de los trabajadores. Los datos oficiales dan cuenta de ese retroceso en la medida en que, durante el último año, la participación de los capitalistas en la apropiación del valor generado por la producción se incrementó en cinco puntos a expensas de la fuerza laboral.

El contenido capitalista de la gestión frente a la pandemia se reflejó en la preservación de la ley de patentes por encima de los requerimientos urgentes de vacunas para la población y en la aceleración de la flexibilización en nombre de no afectar la economía y las ganancias. La asistencia social para los sectores más vulnerables fue interrumpida en nombre de las necesidades del fisco. Por eso durante el primer semestre de este año se superaron los objetivos de austeridad fiscal pautados con el FMI en base al ajuste sobre jubilaciones, salarios, salud, asistencia social y educación.

Los trabajadores de la salud, lejos de ser recompensados por su esfuerzo extraordinario, fueron castigados con jornadas extenuantes y bonos miserables cuyo pago demoraron una y otra vez.

La burocracia sindical privilegió su alineamiento político con el gobierno a las necesidades de los trabajadores cuyos salarios siguieron perdiendo con la inflación y sufrieron miles de despidos ante la pasividad de las conducciones de la CGT y la CTA.

Las listas de los dos grandes bloques patronales está integradas y encabezadas por candidatos que ya demostraron los intereses que defienden y defenderán. Los candidatos del Frente de Izquierda y de los Trabajadores Unidad, que agrupa a la inmensa mayoría de los partidos de izquierda de este país, se han ubicado del lado de los trabajadores en cada una de sus luchas, gobierno quien gobierne y levantando un programa para reorganizar el país sobre la base de los intereses de los trabajadores.

Por el salario, las jubilaciones, la salud y la educación contra el trabajo precario y para enfrentar a los candidatos del FMI y su ajuste, en estas PASO votemos la Lista 1A del FIT-U.

La Naranja de Prensa

CSC-PO en el Frente de Izquierda y de los Trabajadores-Unidad

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