Ganemos las calles el 8 de febrero. No queremos ningún pacto con el FMI

El gobierno nacional y sus socios presentan el acuerdo con el Fondo Monetario como un logro. Dicen no querer al FMI fisgoneando las cuentas nacionales y que en el cuadro actual de relaciones de fuerza, es lo mejor que se puede conseguir. El FMI respalda esta posición asegurando que la alternativa al pacto es la nada misma.
Ambos mienten. El acuerdo implica un ajuste sobre el gasto público para este año y los próximos, del mismo modo que sucedió en 2021: el déficit fiscal cayó a costa de salarios estatales que aumentaron por debajo de la inflación, al igual que las jubilaciones y pensiones.
Y al igual que el año pasado, la política estatal de ajuste volverá a ser el aval para el ajuste salarial en el sector privado. En nuestro gremio lo vivimos en carne propia con salarios de miseria y precarización laboral.
El acuerdo, además, legaliza una deuda claramente ilegal, la que tomó el gobierno de Macri en 2018 y cuyo pago hipoteca al país por al menos 12 años y medio, sin contar con el pago de las demás deudas contraídas con los especuladores privados. Con este pacto se ajusta más la cadena que ata al país al subdesarrollo y la pobreza.
Ahora se entiende que toda la cháchara de Alberto Fernández y Martín Guzmán sobre las denuncias contra el endeudamiento macrista fueron cortinas de humo para esconder su verdadera política: siempre quisieron pagar esa deuda que reprochaban porque eso hace a la seguridad jurídica de los especuladores y a la continuidad legal de los estados. Todos mantienen los pies en el mismo plato del sometimiento nacional.
Y están acompañados por la CGT, cuya conducción saludó el pacto antes de que se conocieran siquiera los detalles. Es una muestra de profundo servilismo al partido del gobierno en momentos en que el Frente de Todos enfrenta una crisis interna justamente por este acuerdo.
Este martes 8, más de 200 organizaciones políticas, sociales, sindicales y de derechos humanos convocan a marchar a Plaza de Mayo y a las plazas de las ciudades del interior para expresar un masivo repudio popular a este acuerdo. La movilización es fundamental para derrotarlo.
La Naranja de Prensa ha planteado en la conducción del Sipreba la necesidad de movilizarnos con estos planteos. Llamamos a todos los trabajadores y trabajadoras de prensa a hacer lo propio.

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